La vida da vueltas.
He conocido a mucha gente que vive la vida sin saber que las cosas siempre vuelven. Llámenle karma, llámenle destino… La vida nos devuelve algo de lo que damos.
Yo, por eso, doy sonrisas. Muchas de ellas no vuelven de las caras que las reciben, pero la vida, de vez en cuando, lo hace.
Despertar y ser del porcentaje que actualmente lo hace. Descubro que soy afortunada. Cuánta gente no muere cada minuto en el mundo? Accidentes, enfermedad, lo que sea, por un día, no están aquí. Pero yo si lo estoy.
He aprendido que la vida es más fácil cuando en vez de pedir, agradecemos. Ser agradecido es una cualidad que nos lleva a verle los colores vivos a nuestra existencia. Cuando solo pedimos, es inevitable no querer más y más y nos volvemos entes inconformistas, insaciables. Siempre querremos más, y seguiremos pidiendo más y más, de la gente, de Dios. Ser agradecido en cambio te hace ver cuánto más hay allí de bueno que de faltantes. Por mi vista, mis brazos, mis piernas, la capacidad de caminar, de trabajar, de aprender, de tener una cama, un carro, una casa, ropa… solo por mencionar lo material. Qué tal si agradecemos por cada miembro de la familia individualmente, cada amigo, el amor. Encontraremos sin duda muchas más cosas que agradecer que pedir.
Así veo como me sonríe la vida cada día. No tiene que hacer mucho, ella sabe que no le pido mucho. Así es como ella me devuelve algo de lo que todos los días doy: sonrisas.
Muchos no entienden que la injusticia regresa injusticia, la lástima regresa lástima, el desamor devuelve desamor, la infidelidad devuelve infidelidad y tristeza, la mentira regresa en mentira, la guerra devuelve guerra…
Vivamos más dedicados a ser alegres, positivos, dar lo que queremos recibir. Este mundo está cansado de gente que no da sin recibir. Este mundo está cansado de esperar a que seamos un poco agradecidos, y tal vez algún día seamos capaces de devolverle al mundo lo que el nos ha dado a nosotros… y dejar de exigirle tanto.
Sé que estoy de un lado a otro aquí. Estoy en un lugar silencioso, con la computadora escribiendo lo que mis dedos hablan sin ponerle atención a como se vean las letras.
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