domingo, 23 de septiembre de 2012

La infidelidad

Según Wikipedia, la definición de infidelidad:
 
"...en su acepción más común, la infidelidad es quebrar ese pacto tácito de mantener relaciones sexuales exclusivamente con la persona que hemos escogido libremente como pareja.
 
Sin embargo, la palabra "infidelidad" se puede aplicar a la ruptura de cualquier compromiso que hayamos tomado libremente y que, por cualquier circunstancia, posteriormente hayamos decidido quebrantar".
 
Me llaman la atención especialmente las palabras "quebrantar" un compromiso que escogimos "libremente".
 
La infidelidad es uno de los temas que actualmente mas daño han hecho al amor, a las parejas, a las personas y su fé. La infidelidad ha hecho que muchos pierdan la esperanza, el amor, el corazón. Realmente nadie puede saber los sentimientos que ésta provoca hasta que no se haya visto envuelta en ella, hasta que no haya sido en carne y hueso víctima de ella. He escuchado innumerables historias de personas que han sufrido las consecuencias de ser engañadas por un ser que amaban y en quien tenían puesta su confianza. Antes, ésto era algo común entre los hombres, pero ahora son más las mujeres que también entran a la categoría de infieles.
 
Un amigo me dijo una vez que era un ciclo interminable:
 
buen chico- chica infiel- buen chico se vuelve infiel- con buena chica-que se vuelve infiel-con un bueno chico- que se vuelve infiel... y así... Las excusas para ser infieles cada vez son mejor aceptadas por la sociedad, mostrando lo insensibles que somos ahora y lo normal que vemos lo anormal.
 
Recuerdo bien la primera vez sufrí un engaño. Yo era muy inocente. Creía plenamente en el amor y la fidelidad. Era una relación sana, buena, pero yo era virgen. Entonces el no pudo estar así conmigo por mucho y pues, se acostó con alguien mas estando conmigo. El dolor que sentí ante la traición fue algo que no me dejó hasta muchos años después. Alguien se había encargado de manchar el amor para mi. Dejé mucho tiempo de creer, de amar...  El terror de volver a sentirme igual no dejó que yo volviera a creer en alguien mas. Esa fue la primera, de tres al momento. Irónicamente, los tres han rogado que los perdone por un tiempo considerable después de hacerlo, lo que es mas confuso aún.
 
Cada vez que sucede me resulta increíble entenderlo. No entiendo como una persona que escoge libremente estar conmigo, que hace un gran esfuerzo por conquistarme, por apartar tiempo para mi, llamarme y cortejarme, tenga que terminar engañandome. Sea por la razón que sea, sexo, atención, etc... yo sigo siendo partidaria de que la infidelidad la provoca UNO mismo, no quienes están a tu alrededor.
 
Tu puedes decidir respetar a la persona con la que estás en todos los espacios y de todas las maneras posibles. No son quienes nos rodean quienes deciden si nos tientan a engañar a nuestra pareja, somos nosotros.
 
Llámenme ilusa, pero aunque he escuchado a muchas mujeres decir que TODOS los hombres son infieles, yo sigo creyendo que así como existen mujeres fieles como yo, que no necesitan la atención de nadie mas que su pareja, también debe haber hombres como yo. Pero no permitiré que éstas personas que no supieron querer o respetar, arruinen mi idea del amor, del amor puro que existe en todos, del  deseo de pertenecer a un alma mas sin necesitar de otra para completarte.

martes, 4 de septiembre de 2012

La regla sobre las reglas

Reglas.

Si me no me llama, no llamo.
Si no me busca, pues yo tampoco.
Si me vieron mal, no vuelvo a dirigirles la palabra.
Debería de ir, porque ella vino primero.
Debería vestirme de negro, porque no me va otro color.

Vivimos de reglas. Reglas que rigen la manera en que vivimos, nos relacionamos, nos vestimos, hablamos, pensamos, lo que decimos y hacemos esta regido por reglas que nos dicta nuestro "superyó" como le llamaríamos en psicología, según Don Sigmund Freud. Los seremos humanos sentirmos terror al no tener el poder de controlar lo que nos rodea.

Noticia de última hora:

De todos los infortunios que afligen a la humanidad el más amargo es que hemos de tener conciencia de mucho y control de nada.

Herodoto

El famoso control que todos fingimos tener es nada mas una ilusión. No poseemos control alguno sobre los asuntos venideros, pero en nuestro afán de querer sentirnos en control de algo nos dejamos llevar por cuántas reglas podamos. La vida resulta a veces más fácil a nuestro parecer cuando vivimos de acuerdo a un conjunto de estatutos y dejamos menos espacio para la espontaneidad, las decisiones de último momento, los corazones expuestos y las mentes abiertas.

Tener reglas no es un problema. El problema está en como nos sentimos cuando no nos dan el resultado esperado. La frustración que se desencadena al tambalearnos y perder poder sobre nosotros mismos, es el resultado negativo de vivir con demasiados mandamientos personales.

La clave está en tomar lo que realmente nos sirve y desechar esas leyes que dejamos controlen la manera en que vivimos, sin dejarnos realmente VIVIR. Amar y salir lastimado, perder, decepcionarnos, no encajar, llorar, son todas cosas que tenemos que experimentar para sentirnos vivos. Dejemos de protegernos tanto, dejemos de cuidarnos tanto, y disfrutemos el ahora, el momento que vivimos y el respiro que damos. No está de más romper las reglas de vez en cuando. No te hace mas débil, te hace mas mujer!

Labios de Mujer.

lunes, 3 de septiembre de 2012

De máscaras al amor

"Me fué mejor siendo mala con los hombres que siendo la mujer buena que fui"



Típica frase que he escuchado de diferentes mujeres a lo largo de mi vida. Todas en algún momento tuvimos una decepción amorosa, una mentira o un engaño que nos hizo pensar que trae mejores resultados ser una insensible y no entregarse como ya lo hicimos. Muchas pasan de pensarlo a convertirse en mujeres indestructibles y fuertes, mujeres que gritan a los cuatro vientos no necesitar de un hombre para ser felices. Nos volvemos insensibles, como ellos, decimos nosotras. De pronto no es el amor llevándonos de un lado a otro sino nosotras tomando el mando de nuestro corazón diciéndole que sentir y que no. Tenemos todo el poder. Salimos con el hombre que queremos, y los vemos arrastrándose a nuestros pies, con el sentimiento de satisfacción de ver que ésta vez no somos nosotras en esa situación. Nos sentimos libres y predicamos a todas nuestras amigas como "los hombres por mal quieren" y que nos alegra mucho "ya no ser la estúpida de antes".

Pero, ésta es la máscara nada mas. Una máscara que nos ayuda a no sentirnos débiles y a superar esas decepciones amorosas y ése dolor en nuestro corazón y peor aún, en nuestro ego. Si, es divertido también sentirnos así por un tiempo. Es interesante incluso como dejamos de pensar como mujeres y lograrmos entender la cabeza de los hombres, porque de pronto pensamos como ellos.

En mi vida, no he conocido  a una mujer que disfrute verdaderamente estar en esa situación mas de lo que disfruta amar y sentirse amada. El sanar de una decepción amorosa incluye diferentes etapas, y el adormecer los sentimientos por un tiempo es parte de ésas etapas. Pero no es algo que dure para siempre. Muchas llegan al punto de detenerse allí por mucho tiempo y dejan pasar grandes oportunidades de volver a enamorarse porque ésa actitud a la larga, aleja a todo el género masculino de ellas. "Si piensas tanto como hombre, te trataremos como si realmente pensaras como nosotros" y de pronto ninguno de ellos quiere una relación en serio contigo, mas buscan sexo casual, porque tú eso proyectas.

El amor no es algo que le entregue a cualquiera, y ponerse una máscara de vez en cuando para disimular como nos sentimos es hasta sano. Pero, ¿por cuánto tiempo?  Paciencia.

No quiero defender a los hombres infieles y desleales, pero en su defensa, quisiera comentarles que la mayoría de hombres que son así eran buenos antes; eran hombres respetuosos y entregados, pero alguna mujer dañada, les destrozó el corazón y ellos tomaron el camino que no debían.

Rompamos ese ciclo. Si, amar duele. Pero prefiero mil veces amar y entregar el corazón para arriesgarme a ser feliz, que vivir una vida de miedos y alejar a quienes puedan significar algo mas en mi vida. Hoy me quito la máscara que por tanto tiempo he llevado. Hoy decido arriesgarme a querer, a amar... lo peor que puede pasar, ya lo he pasado y heme aquí... ya ni recuerdo porque me dolió tanto.

Quitate la máscara... Lo peor que puede pasar, es lo que ya pasó y esta vez ya sabrás salir de ello.