viernes, 30 de agosto de 2013

Mi Soledad y yo

Como estás, que tal te va?
Allí es día o es de noche?
Es bonita esa ciudad para ir de vacaciones?

En _______________ (escriba el nombre de la ciudad) está lloviendo, y todo sigue como siempre, solamente que no estás y el tiempo pasa lentamente...

Estoy loca porque vuelvas hace tanto que te fuiste
No te iras a enamorar alli ...lo prometiste 

Porfavor, cuando puedas llámame que mi soledad y yo, sin ti no nos llevamos bien.

Paso el dia planeado nuestro encuentro imaginario...

Te besaré como nadie en este mundo te besó... Te amaré con el cuerpo y con la mente, con la piel y el corazón.

Vuelve pronto, te esperamos mi soledad y yo....


Ya no te entretengo mas, se que te está esperando  alguien...

Solo un último favor antes de colgar, dile que te cuide mucho, me prometes que lo harás?


Hoy, Alejandro Sanz expresa mejor que yo, lo que este corazón siente.

Mi Soledad y yo, sin ti no nos llevamos bien.


sábado, 10 de agosto de 2013

Así sueñan las princesas...


Yo crecí dentro de cierta religión. Se me enseñó que era una princesa, hija de Dios, un rey, un DIOS y que mis aspiraciones debían concordar con lo que el, mi Padre quería para mi. Por muchos años de mi vida, ésta giró alrededor de la iglesia, los amigos de la iglesia, mi devota familia a la iglesia. No tuve nunca contacto con alcohol, cigarros, sexo, relaciones familiares destruidas. Todo era paz y alegría. Hasta que crecí y me convertí en adulta.

Una de las cosas que mas se inculcaron en mi fue la familia. Que el propósito último de ésta vida es formar una familia con un hombre digno, siendo yo una mujer virtuosa y tener hijos a quienes enseñar el camino correcto a una vida recta y como recompensa se vendría una vida eterna maravillosa. Entonces el hecho de encontrar un compañero eterno y mantenerse digna para el, es de los discursos que escuché repetidamente por años durante mi adolescencia y adultez. 

Recuerdo haber escrito una lista de las cualidades que quería en un futuro esposo. La lista se hizo tan grande como que si hubiera estado describiendo a un hombre perfecto. Quería un hombre que fuera leal, trabajador, religioso, que amara a Dios, quisiera hijos, fiel, no dijera mentiras, que pusiera a su familia en primer plano, que tuviera una carrera exitosa, un negocio propio, que no fuera tacaño, que fuera amable y generoso, que tuviera carácter mas fuera sensible, que pudiera hacer muchas cosas en la casa, que fuera divertido y no un machista... etc... Estas son las que recuerdo ahora. Seguro eran mas.

Algo dentro de mí puso la idea de "que mas hay allá afuera", "toda al vida crecí en una burbuja pero quisiera saber que estuve evitando" y conocí a las personas correctas, pero correctas para alimentar las ideas con las que estaba luchando. 

Y crecí. Me convertí en una adulta. Empecé a notar que la gente me notaba mucho. Resulté linda, con curvas atractivas... Inteligente. Los hombres me buscaban. Mucho. Me rompieron el corazón, por virgen. Se burlaban de mi y no hacía mas que sentirme contenta de poder decir que simplemente diferentes a las demás.   Pero, al fin supe que había "allá afuera". Habían fiestas, drogas, cigarros y alcohol en exceso. Había sexo, personas alegres, viviendo su vida, sin nadie a quien responder. Encontré infidelidad, mentiras, sarcasmo, orgullo, amor al dinero... Había "libertad". Y la probé- No toda, pero la probé.

Empecé a entrar en ese mundo del cual, años después, moría por salir desesperada.

Y pasaron los años, y conocí mas personas. Me sentía culpable, pero ya era tarde. No había vuelta atrás. Esta sumida en un mundo al que jamás pensé pertenecer. Era divertido en momentos, pero otros, me sentía condenada, triste, desilusionada. Sentí como que no merecía nada. Nada. Me conformé con poco, sufrí mucho, conocí cosas y personas que quisiera borrar, pero no puedo. Era miserable. Completamente miserable.

Un día, después de tanta lucha interna, de sentir que ya no había esperanza, de conocer a demasiadas personas en las que jamás debí creer, de arruinar mi corazón, mi autoestima, de ver tanta tristeza y falsa felicidad a mi alrededor, decidí que YA NO MAS.

Esa tarde hablé con mi sacerdote. Le conté todo. Estuve horas con el. Confesé cada cosa, cada pecado, cada tristeza. Fue como una sesión con psicólogo (aunque nunca he ido supongo que así son las sesiones, donde uno se sienta a llorar y llorar y vaciar la cabeza y el corazón mientras ellos pacientemente escuchan sin comentar, evitando decir algo) y lloré. Lloré como una bebé desesperada. Lloré lo que en años lloré por no ser quien quería ser. Lloré de pena, de vergüenza. Lloré de humildad, de tristeza. Después de horas, de palabras y lágrimas, y escucharle a el, noté algo: esas últimas lágrimas, sabían a esperanza. Esperanza de una vida mejor, esperanza de perdón y de cambio. Esperanza de algún día sentirme como la princesa que quería convertirme de pequeña. Porque los últimos años de mi vida, no habían valido la pena. Para nada.

He cambiado. Todavía no me siento como cuando era joven, pero tengo algo que había perdido: ESPERANZA!

Esperanza de una vida mejor, esperanza de perdón y cambio, esperanza por recibir aquello por lo que años sentí que no merecía, esperanza de sentir Su amor y su cuidado. Esperanza mas aún de algún día conocer a alguien que complete cada parte de mi. Esperanza de encontrar a un hombre bueno, un hombre de Dios que sea capaz de verme y tratarme como a su princesa. Esperanza de tener hijos y formar una hermosa familia que viva correctamente. Porque lo que está afuera ciertamente no vale la pena. 

Los sueños de una princesa han vuelto. Han vuelto y no quieren irse nunca mas. Quieren quedarse y esperar, pacientemente, a que se hagan realidad. 

A.


miércoles, 7 de agosto de 2013

Tiempo curativo

La vida se mueve. Aquí, allá. Todo sigue. Y va volando.

Un día, dos días, ya es miércoles y casi sábado. 

Trabajo, río, canto, bailo, como, salgo y vuela. Vuela el tiempo y se nos va de las manos. 

La gente es una fiesta de ideas y acciones. Se ve la chispa, la esperanza, la creatividad, el amor! Se ve todo! A través de ellos me doy cuenta que el tiempo pasa y me distrae y apenas lo noto.

La vida es un arco iris, una fiesta, un revoltijo, un desfile loco! Y el tiempo deja que se descontrole, que se pierda, que viva! 

Apenas lo noto y el tiempo lo está curando todo. Mi vida sigue, va y viene. Mis sueños se despiertan y mi cuerpo lucha.

Estoy viva! Y me siento amada y libre y esperanzada.

Hoy, el tiempo es mi amigo.

sábado, 3 de agosto de 2013

Sola

Mucho tiempo ha pasado desde que estuve acompañada. Disfruto estar sola. Disfruto estar con alguien.

Hoy es de esos días en los que puedo levantarme a la hora que quiero, hacer lo que quiera, ponerme mascarillas, arreglarme el pelo, los pies, escuchar música a todo volumen y bailar mientras cocino...

No espero ni una llamada, ni un mensaje, para hablar de los planes del día. Esta vez la única que tiene planes soy yo. Hoy tengo planes. Mañana, tengo planes. Sola.

A pesar de lo rico que es tener con quien estar y pasarla enamorado, la libertad emocional que viene del no estar con alguien que a la larga no será importante en tu vida es deliciosa. Tan deliciosa como la crepa de desayuno de hoy, por cierto.

Hoy me consentí, almorcé con mis amigas, manejé con mi música al volumen que me gusta... Fui adonde quise e hice lo que quise.

Me gusta tener compañía, me gusta estar sola. Prefiero estar sola que mal acompañada, pero a veces, solo a veces, quiero que alguien me acompañe a estar sola.




jueves, 1 de agosto de 2013

Dar, no pedir

La vida da vueltas.

 

He conocido a mucha gente que vive la vida sin saber que las cosas siempre vuelven. Llámenle karma, llámenle destino… La vida nos devuelve algo de lo que damos.

Yo, por eso, doy sonrisas. Muchas de ellas no vuelven de las caras que las reciben, pero la vida, de vez en cuando, lo hace.

Despertar y ser del porcentaje que actualmente lo hace. Descubro que soy afortunada. Cuánta gente no muere cada minuto en el mundo? Accidentes, enfermedad, lo que sea, por un día, no están aquí. Pero yo si lo estoy.

He aprendido que la vida es más fácil cuando en vez de pedir, agradecemos. Ser agradecido es una cualidad que nos lleva a verle los colores vivos a nuestra existencia. Cuando solo pedimos, es inevitable no querer más y más y nos volvemos entes inconformistas, insaciables. Siempre querremos más, y seguiremos pidiendo más y más, de la gente, de Dios. Ser agradecido en cambio te hace ver cuánto más hay allí de bueno que de faltantes. Por mi vista, mis brazos, mis piernas, la capacidad de caminar, de trabajar, de aprender, de tener una cama, un carro, una casa, ropa… solo por mencionar lo material. Qué tal si agradecemos por cada miembro de la familia individualmente, cada amigo, el amor. Encontraremos sin duda muchas más cosas que agradecer que pedir.

 

Así veo como me sonríe la vida cada día. No tiene que hacer mucho, ella sabe que no le pido mucho. Así es como ella me devuelve algo de lo que todos los días doy: sonrisas.

 

Muchos no entienden que la injusticia regresa injusticia, la lástima regresa lástima, el desamor devuelve desamor, la infidelidad devuelve infidelidad y tristeza,  la mentira regresa en mentira, la guerra devuelve guerra…

 

Vivamos más dedicados a ser alegres, positivos, dar lo que queremos recibir. Este mundo está cansado de gente que no da sin recibir. Este mundo está cansado de esperar a que seamos un poco agradecidos, y tal vez algún día seamos capaces de devolverle al mundo lo que el nos ha dado a nosotros… y dejar de exigirle tanto.

 

Sé que estoy de un lado a otro aquí. Estoy en un lugar silencioso, con la computadora escribiendo lo que mis dedos hablan sin ponerle atención a como se vean las letras.