jueves, 2 de octubre de 2014

El papel de idiota

La soledad puede ser traicionera. Y las personas aún mas.

Muchas veces entramos en etapas donde la soledad es tal que nos volvemos vulnerables a caer de nuevo en trampas, mentiras, ideas que confundimos con amor.

Nuestra mente busca tanto creer y nuestro corazón sentir, que el sexto sentido aquel, el radar que te ayudaba a identificar las falsedades en las palabras de otros deja de funcionar al cien por ciento.

 Y es entonces cuando mas en peligro estamos de caer en un precipicio del que luego cuesta salir. Se nos olvida que las miradas tiernas, las palabras dulces y las caricias que gritan necesitarte son fáciles de fingir. Dejamos a un lado la cabeza y le decimos al alma que vamos bien. Y no es cierto.

Luego, en un abrir y cerrar de ojos, te ves cayendo. Cuando sabes que nada de lo que pasó fue realmente verdadero, ya es muy tarde. Has caído en el hueco. Puede que el abismo esta vez no sea muy profundo y escalar de regreso a la cima sea fácil, pero no deja de doler. Las marcas en el camino mientras subís, esas quedan.

Tal como quedaron sus mentiras y falsas promesas.

Es hora ya de encender el radar y olvidarme del corazón por un tiempo...

... y dejar de hacer el papel de idiota.


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